Ayer reflotaron las porquerías del correísmo – 4pelagatos

El operativo que correístas y socialcristianos tienen montado en la Asamblea para destituir a tres consejeros del Consejo de la Judicatura y alzarse con el aparato de justicia, como atajo para echar abajo las sentencias que afectan a Rafael Correa, sus lugartenientes y otros beneficiarios, está funcionando al revés: como un ejercicio para refrescar la memoria de lo que fue el secuestro de la Justicia en tiempos del correato.
Lo que ocurrió ayer durante las casi ocho horas de comparecencias en la Comisión de Fiscalización, donde se está sustanciando el juicio, fue el escenario perfecto para concluir que los animadores del juicio fueron por lana y salieron trasquilados. Ahí desfilaron testimonios de personas que fueron víctimas de los jueces del correato que no pudieron pasar la evaluación que el Consejo de la Judicatura hizo en febrero, marzo y junio de 2019. Víctimas de sentencias infames como Francisco Endara, Christian Zurita, Carlos Figueroa, Kléver Jiménez, así como expertos en temas judiciales y miembros de las comisiones evaluadoras como el abogado Ramiro García. Todos hicieron, durante la larguísima sesión, una descripción dantesca de cómo operaban los jueces que sentenciaron en casos emblemáticos de la persecución de Rafael Correa y que no pasaron la evaluación porque, como se vio, tenían menos formación que un alumno de propedéutico.
Los testimonios de estas víctimas recordaron la infamias de la justicia correísta. La sentencia en contra de Francisco Endara, a quien en casación un juez sentenció por el delito de aplaudir. Los videos de las evaluaciones donde se ve a jueces de la Corte Nacional incapaces de distinguir entre una autoría directa con una autoría mediata dejaron en ridículo y sin palabra a los asambleístas del correísmo: Coms Córdova, Roberto Cuero y Viviana Veloz quedaron tan atribulados con los que se veía en la sesión, que se quedaron sin argumentos y trataron de que las horas pasen lo más rápido posible.
El bochorno correísta de ayer fue la consecuencia de un recurso lógico de la Comisión y de su presidente Fernando Villavicencio que no están alineados con el juicio que originalmente planteó el abogado de Correa -el ex asambleísta Fausto Jarrín- y que ahora lideran la correísta Viviana Veloz y el socialcristiano Luis Almeida, siempre entusiasta colaborador en los esfuerzos mutuos entre el PSC y el correísmo. El recurso consistió en que si el correísmo llevó a sus jueces a inicios de semana como prueba de cargo en el juicio, ayer se llamó a quienes fueron víctimas de esos jueces. El efecto fue devastador: Veloz, Cuero y Córdova pasaron una auténtica pesadilla.
El propósito esencial del juicio, lleno de vericuetos discursivos y judiciales, es sencillo: se trata de destituir a los vocales del Consejo de la Judicatura, Fausto Murillo, Ruth Barreno y Juan José Murillo por haber evaluado a los jueces de la Corte Nacional en 2019. Así, el correísmo lograría al menos dos cosas: por un lado dejar en firme una resolución política en la Asamblea (la judicial fue rechazada por la Corte Constitucional cuando Fausto Jarrín pidió una acción extraordinaria de protección para su jefe), según la cual la evaluación fue inconstitucional.
De esa forma, podrían recurrir a instancias internacionales con el argumento de que los jueces temporales, que sentenciaron en el caso Sobornos, actuaron ilegalmente. Así pretenden echar abajo esa sentencia y liberar de todo problema legal a Correa que sueña con presentarse como candidato presidencial en las próximas elecciones. El otro camino es, una vez que se destituya a esos tres vocales, nombrar a otros que renovarían la Corte Nacional de Justicia con jueces favorables a un recurso de revisión del caso Sobornos. Huelga decir que la defensa de Correa se ha reservado el recurso de revisión con la esperanza de que se abran espacios en la Corte Nacional y éste sería el escenario perfecto.
El éxito del operativo no está asegurado: para destituir a los vocales del Consejo de la Judicatura se necesitan 92 votos y el reciente anuncio de Salvador Quishpe, de Pachakutik, de que su partido no votará por lo que él definió como un asalto a la Justicia para otorgar inmunidad a Rafael Correa, pone cuesta arriba la iniciativa. Si lo que dijo Quishpe se cumple, la alianza entre correístas y socialcristianos junto a los tránsfugas de Pachakutik y la Izquierda Democrática no alcanzará. Además, lo que pasó ayer no ayuda a que más sectores o asambleístas se unan a la cruzada que podría afectar su imagen ya que, como se ve, está principalmente diseñada para el regreso de Correa.
Foto Asamblea Nacional (Archivo)
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