Las redes correístas no se tragaron el cuento – 4pelagatos

La decisión adoptada por la dirigencia de UNES para que su bancada se abstenga en la Asamblea y entre en vigencia la reforma tributaria del gobierno, dinamitó un poderoso activo que hasta ahora tenía el correísmo: un relato único y militante en redes sociales. Fue como si alguien súbitamente desmontara un dogma de fe que normalmente era acatado por una comunidad de feligreses extasiados con cualquier cosa que diga el maestro y sus apóstoles. Y eso no es poca cosa.
Esta fractura se hizo evidente en prácticamente toda la conversación digital que se generó con la abstención del viernes en la Asamblea. Ahí están, por ejemplo, las reacciones que muchos correístas de base tuvieron frente a las declaraciones que ayer hizo Paola Cabezas, la asambleísta que coordinó la votación de sus compañeros la noche del viernes: de 145 comentarios que tenía un tuit suyo tratando de explicar lo sucedido, apenas había dos que la apoyaban. Prácticamente todos condenaban lo hecho y acusaban a Cabezas de estar tratando de explicar lo inexplicable. «Insistir con la excusa va a ocasionar más daño. Piensen», decía uno de los usuarios. Incluso el actor y youtuber Loyd, conocido por sus apariciones para defender hasta lo indefendible, escribió que «estamos reclamando por sus acciones y pidiendo que respondan específicamente y puntualmente por qué se abstuvieron».
Lo mismo que pasó a Paola Cabezas, ocurrió a los nueve asambleístas que salieron a explicar en la rueda de prensa de las tres de la tarde. Fue el caso de Ana María Raffo que se dio el trabajo de replicar en su cuenta de Twitter lo que dijo en la rueda de prensa: prácticamente todos la condenaron en sus comentarios. No hubo afirmación o explicación de las jerarquías del correísmo que fuera bien recibida ni apoyadas por las bases del movimiento y eso es algo que ocurre por primera vez. Se vio en los comentarios que tuvo, por ejemplo, Fausto Jarrín, asambleísta y abogado personal de Correa. «No hay justificación válida. Decepción», anotó la cuenta WTF UNES, que opera dentro del aparato de comunicación digital del correísmo, a una afirmación de Jarrín en la que decía que la ley tributaria es de Lasso y que por eso no se le puede achacar a UNES por su vigencia.
La fractura en el discurso no fue únicamente en las bases de la militancia correísta sino también en cuadros medios que son influyentes y significativos. Entre esos destacan los mensajes que pusieron ex funcionarios como María Isabel Salvador, Juan Pablo Jaramillo así como comunicadores que animan el discurso del movimiento como Alexis Moncayo (que lo hace desde un medio público) y Alondra Santiago que se ha convertido en una una rock star feminista del sector.
«Inexplicable, inentendible. ¿Qué está pasando? No se explica por ningún lado. ¿Cuál era la estrategia? ¿Y si hubo una les salió mal? Creo que hasta aquí nomás llego yo…», escribió María Isabel Salvador en su cuenta que está protegida mientras que el economista Juan Pablo Jaramillo, cuya incondicionalidad parecía ser absoluta dijo que «lo de UNES es muy lamentable. Saben que vivimos en un Estado de Opinión y no en uno de Derecho. Tenían que votar Sí en la última moción. Error monumental». El caso de Alexis Moncayo es, sin duda, paradigmático. «¿Unes es la RC? Y si es así le deben una respuesta a sus electores», escribía Moncayo poniendo en evidencia un eventual divorcio entre las bases del correísmo con la bancada.
Hubo también mensajes muy críticos que salieron de referentes de la militancia correístas en redes como Agustín Burbano de Lara, quien escribió que «en política la razón está en los votos, no en los discurso floridos ni en tácticas de pacotilla» o del activista Rodrigo Collaguazo que puso «qué pena, qué lástima, qué indignación». Incluso cuentas que llevan seudónimos pero que son vitales en la militancia en redes no pudieron ocultar su desacuerdo con la dirigencia. Somos Semilla, que fue clave en la última campaña, puso «¿Qué chucha negociaron? ¿Alguien nos puede explicar esta puñalada?» y el siempre combativo y agresivo Silvio Rodríguez aseguró que cree que «hay que formar otro frente progresista».
Por el momento, no hay señales de que en la bancada de UNES se vayan a producir divisiones importantes ni que las bases del correísmo salgan corriendo tras nuevos proyectos políticos. Pero ya existe, en todo caso, una fisura muy visible en uno de los espacios del correísmo que parecía ser monolítico y que tiene un papel significativo en la permanencia de la narrativa de ese sector: las redes sociales.
Foto: Twitter de la asambleísta Ana María Rafo
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