Lasso no sale de las cuerdas – 4pelagatos

Virgilio Saquicela votó por la destitución de Guillermo Lasso y anda embarrado con el hackeo tecnológico a cuatro curules durante esa votación. Esas son sus últimas proezas. Nada extraño que quiera aparecer, ante la opinión y contra toda evidencia, como el gran componedor entre el legislativo y el Ejecutivo. En ese marco el 25 de julio envió una carta al presidente Guillermo Lasso en la que pide designar una comisión mixta que viabilice una hoja de ruta que lleve a los dos poderes a “los acuerdos mínimos que requiere el país”. El presidente de la Asamblea no evoca una ley. No cita un solo sector. Su carta es un manojo de lugares comunes destinados a dejar la responsabilidad legislativa en el campo del Ejecutivo.
Francisco Jiménez, ministro de Gobierno, respondió el 28 de julio y fijó fecha “de acercamiento y coordinación” para la constitución de la comisión mixta: esta semana, entre el 1 y el 5 de agosto. Jiménez alude a cuatro puntos para la agenda legislativa: generación de empleo, promoción de inversiones, seguridad ciudadana y “una correcta relación entre ambos poderes del Estado”. Ni una referencia a la gestión que hizo, en abril pasado, con Unes, el PSC y la ID y cuyo objetivo era “marcar una hoja de ruta en beneficio de la gobernabilidad”.
Un total fracaso que Jiménez se ha cuidado de contabilizar. Lo que se probó es que el principal deseo de Unes y el PSC en aquel momento (Pachakutik no asistió a esa reunión), se cumplió: sacar de la presidencia de la Asamblea a Guadalupe Llori. Así Jiménez perdió su apuesta, pues no solo no logró sumar factores de gobernabilidad: perdió la presidencia de la Asamblea, perdió a Pachakutik, la nueva mayoría estuvo a punto de sacar al presidente en Carondelet y ahora avanza, a paso seguro, para alzarse con el Cpccs, el Consejo de la Judicatura y otros entes de control.
La carta de Saquicela se entiende. Tras haber renegociado a su favor y a favor sus socios -que resultan ser sus jefes-, el presidente de la Asamblea necesita minar la presión que en lo personal tiene y mostrar, ante la opinión, disponibilidad para tender puentes. Una posición meramente de mercadeo porque él carece de capacidad de negociación en el interior de Asamblea. Él depende de Unes, PK y el PSC. Su prioridad es mantenerse en el cargo y ser funcional a una agenda que muy poco tiene que ver con las urgencias nacionales. De ahí la vacuidad de su carta.
La respuesta de Jiménez encierra y justifica la perplejidad que despierta el gobierno en la opinión más advertida. Porque es evidente que la nueva mayoría puede atender dos tableros a la vez. Uno, con el gobierno, jugando “dónde está la bolita”. Y otro, desde la Asamblea, capturando el Cpccs y los organismos de control. Ahí no solo hay poder: hay impunidad y grandes negociados como los que se podrían asegurar desde la Superintendencia de Bancos. Esto deja viva la pregunta de si el presidente Lasso piensa hacer algún acuerdo con la Asamblea -absolutamente tangencial- mientras la nueva mayoría se alza con los poderes que le den control de parte del Estado y le asegure impunidad a sus miembros. Esa es seguramente la estabilidad de la que Jiménez habla y presume: seguir en el poder y cerrar los ojos sobre lo que haga en el país el bloque autoritario que ahora gobierna la Asamblea.
El presidente vuelve a la disyuntiva que lo ha perseguido: sobrevivir como sea en el poder o violar el statu quo. No hay duda de que Jiménez es un apóstol de la sobrevivencia. Y que por lo visto el entorno de Lasso se metió definitivamente en esa bola de cristal que con esmero ha construido. Eso incluye convencer al presidente de que salió reforzado de los 18 días de terror que sufrió parte del país. Carondelet debería decir quiénes son sus estrategas y mostrar las encuestas que les son tan favorables. Porque en las que circulan a diario salen muy mal parados.
¿Muerte cruzada o manejo responsable de la economía? Ese fue el dilema del presidente en octubre pasado. 4P preguntaba hace unos días ¿cuál es el nuevo dilema del presidente Lasso? Pues bien, parece que es sobrevivir, como Jiménez preconiza en los hechos. Él debe ignorar que el presidente aseguró, alguna vez, que no fue a Carondelet para sumar un retrato más en el Salón Amarillo.
Foto: Presidencia de la República.
NOTA:
Este contenido ha sido publicado originalmente en la siguiente dirección: Haz Click Aquí
Deje su comentario